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El secador por atomización es uno de los pocos secadores que permiten la transformación de líquidos directamente en polvos ultrafinos a finos (50 a 800 micras), prescindiendo de operaciones posteriores de trituración. Además, posee la ventaja de una amplia escalabilidad, evidenciada por secadores para decenas de toneladas por hora. Se puede aplicar a productos, soluciones, suspensiones, pastas y lodos sensibles a la temperatura. Existen variantes de este equipo que permiten su funcionamiento con flujos de aire de secado y líquido con corriente o contra corriente, con flujo de material líquido ascendente o descendente. También existen diferentes métodos de nebulización, o atomización como se usa más comúnmente, con boquillas de doble fluido (neumáticas), a presión, rotativas y ultrasónicas. Además de las variables que son las propiedades físicas y químicas de los materiales a secar, el proceso aún presenta como variables los caudales de aire y líquido, y las temperaturas de entrada y salida del aire. Estos parámetros dan tal flexibilidad a la técnica que su éxito en la industria química en general no sorprende.
Algunos ejemplos de aplicación de secadores por atomización en el secado en industrias químicas:
- Sales orgánicas e inorgánicas;
- Detergentes en general (jabón en polvo);
- Pinturas (colorantes y pigmentos)
- Plásticos y resinas;
- Catalizadores;
- Abrasivos;
- Minerales y polvos metálicos;
- Cemento;
- Taninos;
- Celulosa.